25 de junio de 2016

Familias diversas, de la invisibilidad al reconocimiento

Cuando este reportaje que realicé en 2004 para la revista Milenio llegó a la portada, se estaba discutiendo la iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia para el Distrito Federal. Si ahora es  tema polémico imagínenselo entonces... (SIGUE ABAJO)
La propuesta a los Editores fue hacer tres historias paralelas: una pareja gay, una pareja de lesbianas, y una pareja heterosexual, las tres a favor de la iniciativa.
Gracias a mis contactos en el mundo de la diversidad conseguí excelentes testimonios que incluso se presentaron en Milenio televisión, lo cual dio vuelo al tema aunque en sus comentarios el director se hizo eco de las dudas de entonces: qué pasará con esos niños criados por padres del mismo sexo, cómo los van a tratar sus amiguitos? Van a ser discriminados!
La ley de Sociedades de Convivencia se aprobó, y luego vino el matrimonio igualitario en la ciudad, y luego la posibilidad de hacer ajustes en la identidad de género... Y luego el ejemplo cundió en otros estados de la república. Y ahora hasta el Presidente dice querer reconocer la igualdad de las distintas parejas.
Cierto es que estos cambios benefician nominalmente a los escalones superiores de la jerarquía moral de la diversidad sexual a la que se refiere Gayle Rubin, y dejan fuera a otros tipos de relaciones cómo los triángulos amorosos o las poli-familias.
También es cierto que no basta con cambiar las leyes y los reglamentos y las estructuras de las instituciones.
Sin embargo también es verdad que las cosas han cambiado, y que gracias décadas de trabajo de muchísimas personas, sobre todo luchadorxs sociales -y por supuesto editores y periodistas- ahora hay más espacios, en este sentido, para ser feliz.