2 de mayo de 2009

Mi búsqueda del Cerdo

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Qué bien: nunca había comido tantas gomitas de estas sin sufrir diarrea. Y hablo como de medio frasco grande de gomitas de vitaminas en el lapso de las últimas 6 horas.

Parece que mi organismo sabe que ahora necesito muchas vitaminas y puedo permitírmelo, además de comer tantas frutas y verduras como sea posible. Aún en medio de una producción de noticias para televisión.

Tomé unos minutos para escribir algo personal, pues hoy es mi cumpleaños. Incluso me permití pensar un título tan escalofriante y ridículo como "Mi búsqueda del Cerdo", y escribir una sugerencia de regalo (está al final y le puse “solicitud”, junto con su "justificación").



Llevo una semana de trabajo en influenza H1N1, incluyendo un día entero en un pueblo rodeado de chiqueros, que a la una de la tarde se inunda de olor a excremento, y a las dos empieza a recibir tolvaneras de arena café. En una zona donde sembrados de hortalizas a regadío conviven a pocos metros con albercas de desechos porcinos a cielo abierto que supuestamente cuentan con un recubrimiento plástico en su interior, para proteger a los mantos freáticos que están un metro más arriba que su fondo.

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También a pocos metros esas albercas de aguas rojizas se encuentran las fosas de "biodigestión": depósitos de cadáveres que despiden un especial olor a muerte malsana y cuyo origen, número y estado sanitario deberían investigar autoridades internacionales.





Mis colegas y yo tomamos la precaución de untarnos una cucharada de Vaporrub debajo del cubrebocas, intentando opacar la pestilencia, pero eso no la disimulaba del todo...



El viaje que nos llevó a algunas instalaciones de la Granja Carroll, controvertida por acusaciones ambientales, tenía como principal misión el conseguir imágenes y palabras del pequeño de 5 años que podría ser el “paciente cero” (al menos pediátrico, y sospechosamente autocurado sin antivirales) de la enfermedad por el nuevo virus humano de origen porcino...

Empezamos jugando a “las traes” y saludándonos al estilo “barrio”... y terminamos en que estuvo tosiéndome a propósito (por eso no salgo en la siguiente foto: porque me asusté y me alejé).



-Vamos, Edgar, contesta bonito, los señores se tienen que ir ya…

Eso le estuvo diciendo su madre antes de que llegara un supuesto enviado del gobernador, que supuestamente vendría a una conferencia de prensa, a la cual no llegó aunque lo estuvieron esperando 300 a 500 personas todo el día, y que como periodistas nacionales o corresponsales extranjeros tuvimos dificultades para reportar... pues el teléfono del cual hablamos durante la primera parte del día fue bloqueado. (CRÓNICA CLICK AQUÍ)

Créditos de imagen: Hugo Aguilar y Aníbal Mota



Quizá suene ilógico desvelarse hasta las 6 am escribiendo las memorias de esta semana cuando el trabajo continúa dentro de tres o cuatro horas... y cuando la aduana de FedEx en Toluca sigue reteniendo la dotación de Tamiflú que me enviaron para protegerme de esta epidemia. Quizá lo más ilógico sea todavía querer bailar un poco. Tal vez; pero es mi cumpleaños.



SOLICITO testimonios familiares de amor, de pérdida, de lección social, para contar la historia y honrar la memoria de los fallecidos en el inicio de esta pandemia.

Agradeceré comunicación al 044 55 1404 8527 y contacto@gabriela-granados.com
GG

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola Gaby! te he conocido en la entrevista que diste para shalalá sobre tu libro, primero que nada quiero expresarte mi respeto por el valor que tienes para defender lo que eres y relatar a la gente lo que es tu vida sin tapujos, estoy estudiando comunicación y de verdad me agrada darme cuenta que existen mujeres luchonas y libres como tú. Me gustaría ayudarte con tu regalo de cumpleaños, al parecer tengo una amiga que conoce al doctor que atendio a la única persona fallecida en Acapulco por influenza.

Pd. FELIZ CUMPLEAÑOS, UN ABRAZO.