24 de febrero de 2022

Chernóbil está en Ucrania


Anoche estaba por preguntarle a mi madre qué se sentía (antes de las redes sociales) en los tiempos de la crisis de los misiles en Cuba. De pronto vi la hora y pensé que no debía interrumpir su sueño.


Me sorprendí viéndome en modo observador, pintando y recortando muñequitos de papel mientras monitoreaba diversas (sic) pantallas en vivo (DW, RT, Wion) y me pregunté si tantos años de periodismo me habían endurecido y/o los de meditación me habían desapegado.


Preguntándome cómo podríamos estar "sorprendidos" por el movimiento de Putin, dudando de las versiones de la "full scale invasion" pero también viendo artillería supuestamente ya en Kiev, me acordé de los minutos que perdí antes de empezar a transmitir la primera guerra de Irak, tratando de entender, tratando dimensionar antes de alarmar en cadena nacional, o quizá tratando de aceptar lo inaceptable.


Pensé en el documental de mi infancia que estoy haciendo, que unos días me entristece profundamente, otros me tiene en la rabia y a veces también en la euforia, y honestamente me pregunté lo que sentí de niña al ver la inolvidable foto de la pequeña Phan Thị Kim Phúc corriendo desnuda quemada por el napalm.


Continué pintando y recortando en primer plano, en una auto-declaración a favor de la creatividad y la belleza para enfrentar a lo que ha sido mi materia de trabajo profesional durante más de 35 años... y entonces, escuchando las sirenas antiaéreas del presente, sentí el impulso de escribirles por whatsapp a mis hermanos y a mi mamá que si esta vez llegaba el fin del mundo se acordaran de que los amaba.


Pero vi la hora y decidí que no tenía derecho a despertarlos recordándoles que Chernobil está en Ucrania, insinuando que si Biden no endurece su postura seguro Trump gana de nuevo, haciéndolos pensar en los 15 o 20 mil muertos de la última década de conflicto entre Rusia y Ucrania, o -peor- en las inconcebibles consecuencias no solamente de un escalamiento bélico internacional, sino de un "simple", potencial  "accidente" nuclear en este contexto.


No, no tenía derecho.


Y sólo tengo derecho a mencionarlo hasta ahorita, ya varias horas a la luz del día y sólo al final de este largo post, asumiendo que quien hayan leído hasta acá está otorgando su consentimiento.


Y sólo si remato igual: si esta vez llega el fin del mundo, recuerden que los quiero.

 

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